GRANDES ESPACIOS

N° 114 - SEPTIEMBRE 2006

Especial Vía de la Plata.

Presentación:

En la primavera de 1993 recorrí la Vía de la Plata por primera vez. Para guiarnos llevábamos una borrosa fotocopia de un croquis y una docena larga de mapas del ejército. Las flechas amarillas escaseaban y ni que decir tiene que nos perdimos a menudo. Más de una vez tuvimos que echarnos la bicicleta al hombro o retroceder y buscar otro camino. Los albergues no existían y había que buscarse la vida o plantar la tienda en cualquier lugar (llegamos a hacerlo en elparqueci-llo que hay junto al puente romano de Salamanca; algo impensable hoy). La solitud campaba en el camino. Entre Cáceres, donde comenzamos, yAstorga, no encontramos a ningún caminante.
He regresado a la Vía de la Plata hace pocos meses, para conocer el tramo de Sevilla a Cáceres que se quedó fuera la primera vez. Tuvimos la gran suerte de coincidir con el mejor momento de una primavera explosiva que convirtió el viaje en una experiencia deliciosa para los ojos y la nariz. Comparar era inevitable. Ahora hay suficientes flechas que señalan la dirección correcta - salvo en algunos trechos donde han desaparecido por las obras de una autovía-y se han publicado varías guías que lo describen con todo lujo de detalles; se han abierto algunos albergues y refugios, aunque muchos de ellos poco ofrecen más que un techo y un colchón; y encontramos muchos caminantes sin llegar a ser multitud. Por cierto, casi todos eran extranjeros de mediana edad absolutamente flipados al descubrir un vergel donde esperaban encontrar un desierto y que se regocijaban como niños delante de unos huevos fritos con patatas (a todas luces nuestro segundo plato más internacional) y un vaso de vino de la tierra. En definitiva, la Vía de la Plata se conoce ahora más, pero conserva los rasgos que me cautivaron hace trece años: grandes espacios no urbanizados (algo que va camino de convertirse en una rareza en nuestro país) y la hospitalidad todavía no maleada por la rutina. Los otros atractivos que hacen de este camino un patrimonio singular, que pide a gritos mayor reconocimiento, llevan ahí cientos o miles de años viendo pasar a viajeros de todos los colores. [Dioni SERRANO]
 
Vía de la Plata. La máquina del tiempo
Sevilla y Astorga están unidas por un camino ancestral que lleva impresas las huellas de todas las civilizaciones que alguna vez pasaron por Iberia. Estas páginas son un adelanto de los secretos que encierra una milenaria ruta al surcar nuestro pasado más remoto.  12

La Vía paso a paso
La Vía de la Plata tiene dos características que la hacen diferente de cualquier otro camino:
largos tramos deshabitados y escasos servicios.
Un pasaporte seguro para la aventura. 26

Lugares imprescindibles
La Via de la Plata es un rosario de lugares excepcionales que reclaman nuestra atención. Urbes romanas, fortalezas enigmáticas, puentes medievales, monasterios o ciudades Patrimonio de la Humanidad aparecen donde menos se espera, convirtiendo este viaje en un constante descubrimiento. 40

Espacios naturales de la Vía
Además de su excepcional legado histórico y artístico la Vía de la Plata está salpicada de espacios naturales tan interesantes como los bosques de la Sierra Norte de Sevilla, las dehesas extremeñas, la llanura charra o los humedales zamoranos. 56

Arroyo Valdecésar
En la frontera de la meseta castellana con la cordillera Cantábrica, a escasos kilómetros de León, se encuentra el río Valdecésar y en el lugar donde se convierte en cañón esconde en sus alrededores pequeños pedazos de la historia bélica de la región.  68

REPASO DE ACTUALIDAD 4. BUZÓN 10. QUIOSCO 70. TRASTIENDA 72. BAZAR 74. AGENDA 79.